Los dones espirituales son para edificar, no para destruir
Los dones espirituales fueron diseñados para destruir las obras del diablo, no a las personas. Fueron creados para edificar a las personas.
2 Corintios 10: 8— “Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré”.
1 Corintios 12: 7— “A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás” (NVI).
El problema es que muchas veces Dios nos presenta una imagen mixta, en que es a menudo más fácil ver lo negativo. Un buen ejemplo de esto es la mujer intercambiable de Leeper. Cuando miramos más allá del feo trasfondo evidente se revela la belleza. La razón por la que lo negativo es predominante y muchas veces más visible es que lo malo es jactancioso, soberbio y le encanta ser el centro de atención. El llamado divino de la vida del individuo será muchas veces un bello trasfondo a la espera de ser reconocido. Cuando la mujer joven vuelve el rostro hacia su destino se destruirá la imagen de la mujer mayor.

Siga mirando hasta ver la perspectiva del Señor
Con frecuencia, Dios le permitirá ver primero la parte negativa de una persona o situación. Es esencial que usted no se lo diga, sino que busque en la persona lo positivo, para ministrarle de acuerdo a ello.
Un ejemplo bíblico de esto lo vemos en Daniel 7, donde él tiene un sueño y visiones. La primera parte es evidentemente mala, con cuatro enormes bestias:
Daniel dijo 7:4 “Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas…7:6 Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo…… Después de esto miraba yo…, y he aquí la cuarta bestia… Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días”.
Daniel no dejó de mirar al hallar a Dios como lo hubiéramos hecho la mayoría de nosotros…. “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de Él”.
Daniel simplemente siguió mirando y pidiendo visiones, hasta la séptima vez (el número perfecto). Él se alegró de tener el panorama completo cuando llegó el Hijo del Hombre. Un buen principio a poner en práctica es seguir mirando y si fuera necesario, pedir una y otra vez hasta poder ver a Jesús en la situación.
Daniel tuvo que atravesar la batalla celestial y seguir mirando para poder ver lo que ocurrió en la morada de Dios (‘el tercer cielo’, 2 Corintios 12:2). Nosotros debemos hacer lo mismo con situaciones y con personas. Es importante no profetizar lo negativo ni los planes del maligno en ninguna situación. Sigamos mirando y preguntando hasta obtener la perspectiva de Dios.
“‘Porque Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos Mis caminos’, dijo Jehová. ‘Como son más altos los cielos que la tierra, así son Mis caminos más altos que vuestros caminos, y Mis pensamientos más que vuestros pensamientos’” Isaías 55:8-9
“Respondió entonces Jesús, y les dijo: ‘De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente’” Juan 5:19.
Cuando en 2 Reyes 6, la ciudad en que se encontraba Eliseo estaba rodeada por un ejército enemigo, el profeta pudo ver la verdadera situación porque miró a través de sus ojos espirituales de fe, más allá del problema obvio, viendo del mismo modo en que lo percibía Dios.
Entonces oró para que se abrieran los ojos de su siervo, quien pudo ver entonces la montaña llena de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo.
Este es un buen ejemplo de lo profético en acción. 2 Corintios 4:18 lo dice de este modo: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
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1. Introducción: entablando amistad con Dios.
2. La amistad es mejor que el servicio.
3. El profeta del AT. El Espíritu venía sobre ellos.
4. Dios quiso que la profecía fuera para todos en el AT.
5. La ira de Dios.
6. Dios es un juez misericordioso.
7. El profeta del NT. El Espíritu mora en nosotros, por eso ¡todos podemos profetizar!
8. El espíritu de la profecía es el testimonio de Jesucristo.
9. Los dones espirituales son para edificar, no para destruir.
10. Aquello a lo que le hablamos sale a la luz.
11. La profecía consiste en la verdad, no en datos.
12. El principal propósito de la profecía en el NT.
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